En este lugar los cerros contrastan su color rosado con el verde de los frondosos bosques de molles, cocos, talas y chañares, que penetran por la hermosa Quebrada de Villa Elena.
La gente del lugar conoce la existencia de dos versiones sobre el origen del nombre “Cortaderas”. La primera se debe a la gran cantidad de cortaderas (ejemplares de la flora lugareña: planta gramínea con hojas lanceoladas que llegan a 2 metros de altura y crecen cerca de los cursos de agua). La segunda versión se refiere a las características de las sierras que a esta altura muestran un perfil muy recortado.
Los arroyos Cortaderas, Benítez y San Miguel forman cascadas y piletas naturales que brindan solaz en las tardes en las que el sol abraza el lugar. Aquí se encuentra el Tercer Microclima en el mundo, conocido por la carga de iones negativos en el ambiente que beneficia la salud.
En Cortaderas, el turismo cultural se abre en una rica historia que comienza por una visita por sus calles. La Estancia “La Volcada”, la casa de la “Familia Sábato”, la Capilla de San José o la reconocida Capilla de Villa Elena son conocidas como las primeras casas que se construyeron en la zona.
En el pueblo se pueden adquirir productos regionales como licores, alfajores, dulces, fiambres, quesos y miel. Las plantas autóctonas son utilizadas para fabricar productos medicinales naturales. Los artesanos desarrollan una actividad creadora. El producido de trabajos en cerámica, madera, cuero y tejidos en lanas rústicas se ofrecen al público.
