Estas lagunas temporarias tienen escasa profundidad. Se encuentran a una altura que oscila entre los 490 y 550 m. sobre el nivel del mar.
A lo largo del límite oeste de la sierra y, siguiendo la línea del Rio Desaguadero, se destaca el complejo lagunar Guanacache.
Las lagunas están separadas entre sí por “altos” llamados albardones, pero en épocas en que los caudales de agua son abundantes quedan intercomunicadas. En su formación tienen una opción preponderante los ríos San Juan y Mendoza.
Las Lagunas de Guanacache fueron un reducto del último asentamiento de la cultura Huarpe Puntana. Aún hoy pueden observarse dispersos pobladores de esa descendencia. Los Huarpes Milcayac eran adorados del dios Hunuc-Huar, al que creían morando en las altas cumbres de la cordillera andina. Esta curiosa cultura, empleó antiguas técnicas de caza y navegación, cuyo resultado les sirvió para exhibir un gran desarrollo en la cestería. Quien recorra el lugar puede observar en las cercanías del Potrero de La Aguada numerosos hornos de tierra, que son llamados hornillos, botijas u hogares, que servían como primitivas cocinas al pueblo de los Huarpes cazadores.
