Entrevista a Julieta Calderone, directora de El Salto de la Negra libre, presentada en la Casa de San Luis en el marco de las actividades culturales que realiza la institución.
–¿Cómo nació la idea de escribir el guion?
–En 2008 me encontraba dirigiendo el programa de TVGestos poéticos, convocada por el gobierno de San Luis y la editorial Vinciguerra, que transmitíamos desde el Museo de la Poesía manuscrita Crisóstomo Lafinur, ubicado en el pueblo de La Carolina.Este programa se caracterizaba por utilizar escenarios exteriores representativos de la zona. En variadas oportunidades, tanto los escritores que asistían como los pobladores de los alrededores me preguntaron si conocía el lugar llamado “El Salto de la Negra libre” (caída de agua de unos 66 metros de altura situado en las proximidades del pueblo) y sobre el cual se abría una leyenda oral que carecía prácticamente de contenido, ya que lo único que se comentaba era que allí había muerto una negra. Esta historia despertó mi interés, sin lograr mayores aportes de datos. Ese fue el momento en el cual pensé dar contenido a ella, “llenándola” con esta historia ficticia en tono de leyenda
–¿Cómo es tu día de trabajo?
–No tengo una rutina definida cuando estoy llevando a cabo proyectos como directora. El trabajo es de jornadas completas, con diferentes actividades y tareas, dependiendo de las etapas (preproducción, rodaje, posproducción). Cuando estoy escribiendo guiones, suelo escribir de noche y corregir por las mañanas, pero todo es variable. Resido a medio tiempo en San Luis donde tengo mi casa en la ciudad de La Punta, y en la ciudad de Mar del Plata, donde vive mi hijo; allí me dedico a la poesía, que es mi primer arte.
–¿Cuál es tu última producción?
–El mediometraje El Salto de la Negra libre como realizadora; en cuanto a mi rol de guionista, realicé el guion del largometraje Amapola y Angelito.
–¿Qué patrocinio te otorga el Programa San Luis Cine?
–Desde 2001 hasta el día de la fecha, recibí un amplio apoyo financiero para la realización de mis proyectos. Este programa me posibilitó el acceso a acuerdos de coproducción, siempre obtenidos en participaciones en concursos y convocatorias, tanto en el área de Dirección como de Guion.
–¿Cómo definís la tarea del guionista?
–Considero que se trata de escribir historias que se puedan contar en imágenes, que sean entendibles, lleguen a cautivar el interés y a emocionar al espectador.
En mi caso particular, me gusta escribir de lo que sé, viví o de lo que observo a mi alrededor. Los personajes simples de perfiles psicológicos complejos suelen convocarme. Mi forma de abordar los guiones no es siempre la misma, todo depende de lo que estoy contando, y si bien me dejo llevar por los personajes y el conflicto, me siento más cómoda y segura estructurando antes lo que deseo transmitir y adonde quiero llegar.
–¿Qué lugares te inspiran?
–No tengo lugares específicos que me inspiren, lo que sí necesito es concentración, para lo cual busco soledad, encierro y silencio. Escribo casi de un tirón, en cuestión de días en ese estado y en esas condiciones; luego entro en la etapa de corrección, que es mucho más extensa y en la cual ya me manejo con más flexibilidad.
Actualmente, trabajo en la preproducción del largometraje Amapola y Angelito, que es un guion mío que será rodado 90% en el barrio Puerto de la ciudad de Mar del Plata y 10 % en San Luis. Es importante destacar que el equipo técnico y artístico se conforma por gente de ambas poblaciones.Es un gran desafío, ya que estamos haciéndolo de manera independiente, con canjes publicitarios en especies y trueques laborales, sin que ninguna entidad o polo audiovisual nos aporte fondos.
–¿Cómo es el personaje de la historia de El Salto de la Negra libre?
–La Negra es una niña que nace en un pueblo minero de la provincia de San Luis, con el don de la sanación a través de sus manos y del agua. Su padre muere antes de su nacimiento y se cría con su madre y una familia vecina que tiene un hijo de su edad, ambos comparten felices la vida y todo indica que se casarán; pero un día él conoce a otra joven de la cual se enamora y la Negra, que lo ama profundamente, no puede soportar este dolor. Ese sentimiento desencadena en ella, en su entorno y en sus vidas una sucesión de graves e insalvables transformaciones y pérdidas.
Patricia Ortiz
