Detenerse a observar la magnífica presencia de los cañones convergentes hacia el Potrero de la Aguada, entre la totalidad rojiza de las antojadizas formas del lugar que combinan el verde las plantas como la chica, olla rocetilla, únicas en su especie, o la oportunista jarilla, el quebracho blanco y otras especies más que cuelgan de paredes a más de 300 ms. de altura, que sirve de cobijo a los pumas, cóndores que cruzan el cielo, guanacos, y burros que forman parte de la variedad biológica. Estas formaciones rocosas tienen en Las quijadas a un albergue de riqueza geológica y paleontológica.
Las Quijadas cuentan la historia de los períodos Jurásico y Cretácico de San Luis
Entre 150 a 100 millones de años atrás, el paisaje de Las Quijadas estaba poblado de lagunas, ríos y médanos bajo un clima semiárido en el cual vivían las más variadas formas de dinosaurios argentinos, cuyas huellas han quedado preservadas en las areniscas del Potrero de la Aguada. De la formación Lagarcito de 100 millones de años se han recuperado, espectaculares fósiles de pterosaruios, anuros, peces y plantas, El cráneo original del Pterodausto Guiñazui, reptil volador especie única en el planeta que forma parte de la colección del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Luis. La Sierra de las Quijadas lo invita a compartir sus paisajes y sus más remotos secretos.
